"Ni el poder del fuego imperialista de la infantería de Marina, ni las bombas que arrojaban los aviones resultaron suficientes para aplastar a los rebeldes de las Segovia. Tampoco las calumnias que derramaban por el mundo entero las agencias informativas, cuyos corresponsable en Nicaragua eran dos norteamericanos que tenían en sus manos aduana del país”.
Tomado del Libro de Eduardo Galeano “Las Venas Abiertas de América Latina” sugiere sentir los pies descalzos y caminar poco a poco, desde Latinoamérica con una visión limpia y fresca. Nuestro territorio está en el grupo de los países que han pasado contemplando si América es todo el continente o existe una percepción de que el imperialismo del norte se apropia del término. Olvidamos a Latinoamérica una américa que está firme en el sur con olor a café, verde selva, nieve en el polo sur y una manta de cálida gente que sale con el sol todas las mañana y se apropia de la cordillera de los andes. Es una historia que contaron generaciones y plasma las costumbres nativas propias inmensas territoriales. Y los latinos avanzamos con las venas abiertas, vivos, activos es que se nos hace urgente y necesaria la relación con la Pacha mama. El subdesarrollo es solo una consecuencia no significa textualmente ni crea historia, está enmarcada y al abismo de intereses imperialistas que disfrazan la verdad y la cambian de trajes sin conciencia ni record de honor. El eco solo replica la voz de pobreza, de la libertad en cárceles de palabras pertinentes a acuerdos firmados con un Norte que asegura el éxito económico y se hace pedazos a circunstancias sin valores que indican ascenso y el brillo superficial de los tesoros imperialistas. El Sur hace peso vital en la no contaminación del continente, y de paso no existe ninguna relación coherente de la mano de obra disponible y la tecnología que se aplica, como no sea la que nace de la conveniencia de usar una de las fuerzas de trabajo más baratas del mundo. Tierras ricas, subsuelos riquísimos, hombres muy pobres en este reino de la abundancia y el desamparo: La inmensa marginación de los trabajadores que el sistema arroja a la vera del camino frustra el desarrollo del mercado interno. La invasión de los brazos provenientes de las zonas más pobres de cada país; las ciudades existan y defraudan las expectativas de trabajo de familias enteras, atraídas por la falsa esperanza de elevar su nivel de vida económico y conseguir un sitio en el gran la película de la civilización y la selva de asfalto. Cada vez que el imperialismo exalta sus logros conviene revisarse los bolsillos y comprobar que este dato no hace más prósperos a sus inquilinos aunque llene de billetes verdes a sus títeres, limita las presiones sociales, sino más bien agudiza su color. Las manos sienten la pobreza y concentran el vacío de estar en el lugar equivocado. Se siente mejor seguir el rumbo verde, a largo plazo y orienta el antojo de sacarse los zapatos y sentir a Latinoamérica cercana, fuerte, estable, rica, abundante, prospera nuestra.
3 comentarios:
Ojalá dejaran de sangrar . . .
Estamos en la lucha de tener un mundo mejor...
para eso debemos prepararnos como se debe....
att: Mario Ulcuango
SIEMPRE PODREMOS VENCER CIALQUIER OBSTACULO SI SABES LO QUE HACEMOS Y LO QUE QUEREMOS HACER
ATT
GINA CACUANGO
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